Idealizar es ver a nuestra media naranja como si fuera el mercado de Abasto. Es una especie de maquillaje global con el que le damos una mejoradita a la/el postulante y lo/la ponemos mas a tono con lo que andábamos buscando.
“La idealización en la pareja”
Luis Pescetti.
Hoy vamos a hablar de como LAS MUJERES IDEALIZAMOS A NUESTRAS PAREJAS.
Y yo más que bueno o malo, diría que esto es necesario. Porque sin aquella razón que nos deja desconectadas del sentido común, de la noción de futuro y en ocasiones de estética, durante los primeros tiempos de la relación, ¿Qué seria de nosotras?¿que seria de nosotras sin eso que nos deja estúpidas, ciegas y sordas ante nuestra pareja por un tiempo?
Se imaginan si todo fuera “realidad” desde el principio, no habría “estupendos e inolvidables amores de verano”, o ex novios “demasiado libres y aventureros”, ni existiría la tan necesaria belleza exótica de la oscuridad del boliche.
La idealización es una forma segura de que siempre encontremos una nueva pareja, porque si no es exactamente lo que buscábamos, lo amoldamos.
Es lo que nos hace ver a alguien decidido que maneja las situaciones, cuando los demás ven a un egocéntrico manipulador, o a alguien que nos ama demasiado y se preocupa por nosotras, y los demás a un celoso insoportable.
Gracias a idealizar a las parejas pasamos esos momentos de entusiasmo intenso, las mariposas en la panza, la necesidad de verse todo el tiempo, va…. La idealización y las hormonas claro!
Sobre todo las mujeres ponemos, en el principio de la relación, mucha imaginación y deseo en el otro, pensamos que cuando no estamos nos extrañan, que piensan en nosotras todo el tiempo, que preparan las fechas especiales, como cumpleaños y aniversarios, con anticipación y esmero. Cuando la realidad es que cuando no están con nosotras están con los amigos o durmiendo, que cuando los hombres piensan en “mujeres” nunca es en su pareja, y que los hombres tienen el record guinness en compras apuradas y de ultimo momento para fechas especiales.
Pero si todas viéramos esas cosas desde el principio no funcionaria ninguna relación ¿no?. ¿pero por qué digo viéramos? Porque todas esas cosas que nos molestan hoy y que juramos que son nuevas, siempre estuvieron ahí, pero la idea que teníamos dela pareja ideal no concordaba con eso, entonces “decidimos” no Verlas.
Siempre hay un antes y un después de la idealización en la pareja y no tiene que ver con tiempo sino mas bien con un proceso.
Algunas tienen suerte y cuando terminan con ese proceso de negación y ceguera, hermosas e ideales, se quedan con pequeños detalles como: que no come con la boca abierta solo cuando esta resfriado, ni transpira como loco solo en días calurosos, por dar un par de ejemplos, pero nada que un buen desodorante y un cachetazo bien dado en la mesa no arreglen.
El tema es cuando la idealización desvanecida nos deja con un ser totalmente distinto, y nos preguntamos, ¿este quien es? ¿Dónde esta mi marido? No teman, hagan memoria, esta ahí, solo hay que traducirlo…
El ordinario que hoy se levanta antes de la mesa dejándonos comer solas, es el pobrecito que ayer , comía demasiado rápido, porque le encantaba nuestra comida y tenia que ir a hacer la digestión al sillón.
El hinchapelotas que hoy hace ruido hasta las 3 de la mañana con la computadora, es el mismo que antes se quedaba hasta tarde pobrecito para no molestarnos con la compu durante el día.
El glotón que hoy se come todas las galletitas antes de que lleguemos con el mate a la mesa, es el mismo dulce que ayer lo hacia para ayudarnos con la dieta.
Siempre estuvo ahí.
La pregunta es ¿Qué hacemos? No tenemos muchas opciones, considerando que ya estamos comprometidas y enamoradas del sujeto en cuestión…. Podemos adaptarnos, podemos aprender alguna técnica de meditación oriental para poder restablecer la idealización y volver a la hermosa burbuja o podemos hacer lo humano y con serenidad aceptar lo que no puedo cambiar, con fuerza cambiar lo que puedo y con inteligencia distinguir entre las dos.
Total mientras haya amor…¿no?
Es lo que nos hace ver a alguien decidido que maneja las situaciones, cuando los demás ven a un egocéntrico manipulador, o a alguien que nos ama demasiado y se preocupa por nosotras, y los demás a un celoso insoportable.
Gracias a idealizar a las parejas pasamos esos momentos de entusiasmo intenso, las mariposas en la panza, la necesidad de verse todo el tiempo, va…. La idealización y las hormonas claro!
Sobre todo las mujeres ponemos, en el principio de la relación, mucha imaginación y deseo en el otro, pensamos que cuando no estamos nos extrañan, que piensan en nosotras todo el tiempo, que preparan las fechas especiales, como cumpleaños y aniversarios, con anticipación y esmero. Cuando la realidad es que cuando no están con nosotras están con los amigos o durmiendo, que cuando los hombres piensan en “mujeres” nunca es en su pareja, y que los hombres tienen el record guinness en compras apuradas y de ultimo momento para fechas especiales.
Pero si todas viéramos esas cosas desde el principio no funcionaria ninguna relación ¿no?. ¿pero por qué digo viéramos? Porque todas esas cosas que nos molestan hoy y que juramos que son nuevas, siempre estuvieron ahí, pero la idea que teníamos dela pareja ideal no concordaba con eso, entonces “decidimos” no Verlas.
El verdadero problema aparece cuando la idealización comienza a desaparecer y nos encontramos con la realidad…
Siempre hay un antes y un después de la idealización en la pareja y no tiene que ver con tiempo sino mas bien con un proceso.
Algunas tienen suerte y cuando terminan con ese proceso de negación y ceguera, hermosas e ideales, se quedan con pequeños detalles como: que no come con la boca abierta solo cuando esta resfriado, ni transpira como loco solo en días calurosos, por dar un par de ejemplos, pero nada que un buen desodorante y un cachetazo bien dado en la mesa no arreglen.
El tema es cuando la idealización desvanecida nos deja con un ser totalmente distinto, y nos preguntamos, ¿este quien es? ¿Dónde esta mi marido? No teman, hagan memoria, esta ahí, solo hay que traducirlo…
El ordinario que hoy se levanta antes de la mesa dejándonos comer solas, es el pobrecito que ayer , comía demasiado rápido, porque le encantaba nuestra comida y tenia que ir a hacer la digestión al sillón.
El hinchapelotas que hoy hace ruido hasta las 3 de la mañana con la computadora, es el mismo que antes se quedaba hasta tarde pobrecito para no molestarnos con la compu durante el día.
El glotón que hoy se come todas las galletitas antes de que lleguemos con el mate a la mesa, es el mismo dulce que ayer lo hacia para ayudarnos con la dieta.
Siempre estuvo ahí.
La pregunta es ¿Qué hacemos? No tenemos muchas opciones, considerando que ya estamos comprometidas y enamoradas del sujeto en cuestión…. Podemos adaptarnos, podemos aprender alguna técnica de meditación oriental para poder restablecer la idealización y volver a la hermosa burbuja o podemos hacer lo humano y con serenidad aceptar lo que no puedo cambiar, con fuerza cambiar lo que puedo y con inteligencia distinguir entre las dos.
Total mientras haya amor…¿no?
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Idealizar a nuestras parejas ¿es bueno? ¿Es malo? ¿Lo hacemos todas? Más que bueno o malo, diría que esto es necesario. Se imaginan si todo fuera “realidad” desde el principio, no habría “estupendos e inolvidables amores de verano”, o ex novios “demasiado libres y aventureros”, ni existiría la tan necesaria belleza exótica de la oscuridad del boliche. ¿Qué sería de nosotras?
En esta primera parte del tema: "la idealización en la pareja",hablamos de los ideales que las mujeres proyectan sobre los Hombres y como nos afecta. También abordamos como lidiar con la pareja cuando queda solo la realidad. Descubrí la respuesta en nuestro segundo capítulo. Siguiendo la premisa del formato radial presentamos “Así no lo hacía mi mamá” una ficción totalmente novedosa y diferente.
Ya está a la venta el Libro de
"Así no lo hacía mi mamá".
Si alguna vez tuviste que decir “soy tu novia no tu mamá”,
este es el libro ideal para vos.
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Autora: Georgina Urbani
Editorial: Martín de Crowder, Dora Patricia
Cant. de Pág.: 64
ISBN: 978-987543690-9
Origen: Argentina
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